No me resisto. Deseo que disfrutéis conmigo en la distancia. Días de espuma, mares azules, turquesas, gaviotas sorprendidas y un constante horizonte hendido en mi pupila.
Aguas frescas que me esculpen mientras mi cuerpo las atraviesa. ¿Sabíais que la natación es uno de mis deportes?. No hay nada como sumergirse o nadar, nadar... aunque me roben la ropa por no guardarla.
Rodeada de agua, como una isla perdida. Viento, cielo y arena. Atardeceres de jazmínes, nardos y damas de noche. De brisa marina. Absoluta y plena embriaguez de aromas. Llega a dolerme tanta Belleza. Distorsiona mis sentidos. ¿Quién puede escribir cuando lo que le envuelve es superior a la creatividad?
Recibid mis abrazos más "estrechos" desde las columnas de Herakles.
Non Terrae Plus Ultra.
Para tratar de aderezar un poco tu tan feliz estancia cerca del Mar, te paso un fragmento de José de Espronceda-Canto I.
ResponderEliminar"Isla yo soy de reposo
en medio el mar de la vida,
y el marinero allí olvida
la tormenta que pasó:
Allí convidan al sueño
aguas puras sin murmullo;
allí se duerme al arrullo
de una brisa sin rumor."
Nos das sana envidia- bueno una rabiosa envidia-
Jorge
Hermanas en la búsqueda y en el hallazgo: María Gracia y Mercedes. Ya estáis en mi mar de sentimientos. Os doy la bienvenida en forma de fragante biznaga. Gracias por llegar y espero que os quedéis.
ResponderEliminarJorge: eres demasiado sensible para sentir envidia. No sabes cómo me place que sigas mi modesto blog con tu alma galega.
ResponderEliminar"Cando de lonxe vos oio
penso que por min chamadas
e das entrañas me doio."
Escribes, luego no hay tiburones en esas aguas.
ResponderEliminar"Campanas de Bastabales,
ResponderEliminarcando vos oio tocar,
mórrome de soidades."
Envidia en sentido figurado, claro. El recuerdo de la Mar me confunde. Su distancia crea en mí raros espejismos y difusas ansiedades.
Cuéntale a la Mar, tú, que estás cerca de élla, mi sentir. Y dile también, que pronto estaré en sus orillas...dile....,bueno, el resto ya se lo diré yo.
Jorge