Ordenadores
Engendros actuales
demoníacos, impuestos y pandémicos
invaden mi vida, doméstica aún,
acosan mi paz,
sin sordina me hieren
agobian, avasallan, ahogan
atenazando mi libertad.
Derribada tras la lucha
sometida sin opción
sólo me queda la pluma...
y algo de papel.
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Amalia esto va viento en popa, tres poemas en un día... El primero es casi un haiku, no por la estuctura pero sí por lo que expresa, el segundo una oda a esta primavera que comienza y éste último una queja con aceptación dolorida por el dominio de la técnica. Sabes que este poema tien mucho que ver con el relato que he publicado hoy en mi blog? Eso se llama empatía.
ResponderEliminarUn beso y enhorabuena.
El verso más enigmático es el que dice "invaden mi vida, doméstica aún", ya que parece abrir un resquicio ante la situación incómoda. "impuestos y pandémicos" es otra buena expresión ya que universaliza (o socializa como se dice hoy) la angustia...
ResponderEliminarHola Amalia: Llegué. ME surge una pregunta que ya se hacían cuando apareció el primer reloj de cuerda: ¿está la máquina a servicio del hombre o el hombre al servicio de la máquina? Es posible que el servicio sea mutuo, sin los ordenadores, quizás jamás nos hubiéramos encontrado, a pesar de que a veces parece que nos encadenan a la silla. Me gustó tu poema.
ResponderEliminarBesos.