sábado, 25 de abril de 2009
Viages al Pais de las Monas
Rebuscando en la antigua biblioteca de mi abuelo encuentro el tomo IV de un pequeño libro editado en mayo el año 1831 de un tal Enrique Wanton titulado Viages de Enrique Wanton al Pais de las Monas,traducido del inglés.
En él se aseveran cosas como éstas:
"Jactancia".- Unas grandes vejigas muy hinchadas que revientan con grande estrépito, pero que no contienen otra cosa que aire.
"Méritos".- Ciertas máquinas pneumáticas de unos muelles muy fuertes para elevar diversas materias, que por su pesadez jamas saldrían del polvo de la tierra: se hacen con varios materiales; las hay de oro y plata;otras de paños de varios colores; otras de papeles genealógicos; otras de tierras gredosas y bien unidas....
"Soberbia".- Unos risibles aparatos y composturas para dar aumento y realce a lo que por sí es ridículo y despreciable.
"Vanidad".- Un condimento de pésimos efectos, pero no obstante de general uso.
"Vervosidad"(tal cual).- Por lo común se conoce con este nombre una dolencia de mucho riesgo; y el que la padece está en un contínuo delirio.
Las ilustraciones de esta joyita son de un tal M.Gamborino y son dignas de Doré. Huelga decir que las pastas son de bella piel estampada en oro y que no sólo por el contenido sino por los siglos que hace que no se abría el libro, me ha dejado en los labios y en la nariz un cosquilleo de tiempo que hacía lustros que no sentía.
Es posible que su importancia literaria sea mínima, pero sólo su estética y los sentimientos que ha despertado en mí, ya merece la pena haberlo tenido entre mis manos.
No sé por qué estoy relacionando este librito con los viajeros románticos ingleses que pasearon sus conocimientos y su sorpresa por tierras gaditanas.
Y sí, eso que veis es el Estrecho de Gibraltar con las montañas de África al fondo, acariciadas por las nubes. ¿A que "mola"?.
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Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarJustamente es el tipo de libro cuyo destino es el de aguardar pacientemente en una estantería demasiado familiar. Alguien ha podido crecer cerca de él o incluso leerlo de niño. Por su contenido, por muy fantasioso o "gulliveriano" que sea, no será comprendido hasta mucho más tarde. Ignoro si es un libro de tono infantil o no. Pero sin duda es de esos que saltan hasta las manos en momentos precisos.
ResponderEliminarHay libros que buscan a su lector y no al contrario. También son hábiles escogiendo los momentos adecuados en los que abrirse entre un par de manos.
Muy curioso ese libro que nos comentas Amalia, de esas máquinas y aparatos como de "músicos, poetas y locos todos tenemos un poco".
ResponderEliminarUn beso